sábado, 25 de junio de 2016

ÁREAS DE INTERVENCIÓN PSICOPEDAGÓGICA TDAH

La intervención psicopedagogica en el Trastorno por déficit de atención e Hiperactividad (TDAH) debe plantearse desde un enfoque multidisciplinar y multimodal (especialistas psicopedagógicos, psicológicos, docentes y familias). 
Dentro de este enfoque multimodal, la intervención  psicopedagógica tiene como objetivo favorecer la adaptación académica y comportamental del afectado de TDAH a través de un programa individual diseñado por un especialista o grupo de especialistas en función de las características sintomatológicas y las circunstancias que rodeen al caso.
El desarrollo de una formación eficaz y una intervención temprana reducirán considerablemente el riesgo de padecer algún otro trastorno comórbido que habitualmente acompaña al TDAH.
Dicha intervenición de cara al afectado deberá de implicar, además de a la familia, a la mayor parte del cuadro docente (en especial al profesorado que están en contacto con el alumno) para facilitar su eficacia. Así mismo, es recomendable que los docentes reciban formación que les capacite para la detección de señales de alerta del TDAH, y para el manejo del TDAH en niños y adolescentes en la escuela.
La formación del profesorado permite que éstos reciban psicoeducación sobre el trastorno, modifiquen pensamientos y opiniones en cuanto al alumnado con TDAH, se entrenen en pautas de conducta y se capaciten para la detección de señales de alerta del TDAH, favoreciendo así la detección precoz.

Una buena intervención psicopedagógica ya sea por parte de un equipo de especialistas o del equipo del centro escolar permitirá llevar a cabo cambios positivos en las siguientes áreas:
Mejora de síntomas nucleares de TDAH: Mejora y control de los síntomas asociados al TDAH. Pautas y estrategias en el aula en función de los síntomas.
  • Atención y concentración.
  • Impulsividad.
  • Hiperactividad.
Capacidad Cognitiva: Entrenamiento y uso de técnicas que favorezcan el desarrollo de diferentes áreas cognitivas.
  • Pensamiento.
  • Atención. 
  • Lenguaje.
  • Memoria.
  • Percepción.
  • Flexibilidad cognitiva.
  • Razonamiento.
Aspectos Conductuales: Conocimiento y uso de técnicas que favorezcan la adaptación conductual del alumnado.
  • Técnicas de modificación de conducta en el aula.
  • Técnicas cognitivo-conductuales.
  • Manejo del Autocontrol.
  • Uso de Autointrucciones.
Aspectos Educativos: Mejora de las competencias y aptitudes académicas.
  • Pautas y estrategias en el aula.
  • Medidas a nivel de centro y adaptaciones curriculares.
  • Dificultades de aprendizaje: lectura, comprensión oral y escrita, escritura y cálculo.
  • Formación y entrenamiento docente.
  • Técnicas de estudio.
  • Orientación escolar y expectativas educativas.
Aspectos afectivos: Seguimiento y cuidado de aspectos emocionales del alumno.
  • Autoestima.
  • Motivación.
  • Clima educativo.
  • Expresión emocional
  • Gestión emocional de los conflictos
  • Manejo de la frustración
Aspectos familiares: Establecimiento y seguimiento de las relaciones familia-centro
  • El papel co-terapeuta de las familias.
  • Intervención familiar.
  • Comunicación familia-centro.
  • Modificación de pautas en la dinámica familiar.
  • Pisocducación a las familias.
Aspectos sociales: La adquisición y mantenimiento de las habilidades sociales como factor de adaptación social y escolar.
  • Socialización y competencia social.
  • Inclusión social.
  • Habilidades sociales básicas e instrumentales.
  • Resolución de conflictos.
  • Asertividad.
  • Cognición Social y Teoría de la Mente.

ROL DEL PSICOPEDAGOGO/A EN LA EDUCACIÓN

Actualmente es muy común que los niños con problemas de aprendizaje sean derivados por sus profesores al psicopedagogo, el que  inserta en el niño, estrategias eficaces que le permitan aprender en forma autónoma y eficiente.
El psicopedagogo no es un profesor especializado ni un psicólogo de niños. Es un profesional orientado hacia el aprendizaje de las personas. Y atiende tanto a niños, adolescentes como a adultos.
Existe un amplio abanico de estrategias para cada problemática de aprendizaje. No obstante, cada niño, según su particular perfil, se beneficiará de un determinado trabajo.  Y el psicopedagogo deberá tener la experiencia suficiente para ajustar el entrenamiento
Para evaluar utiliza tests estandarizados que brindan información objetiva para poder entender al paciente. Además utiliza de su experiencia y otros conocimientos para interpretar los resultados obtenidos y llegar a un diagnóstico.
Muchas veces los niños con problemas de aprendizaje también presentan dificultades a nivel emocional o de manejo de la conducta o autoestima. Es frecuente que un niño realice ambos tratamientos en forma simultánea. De no ser posible, el psicopedagogo cuenta con algunos recursos para acompañar el desarrollo emocional pero de una manera más superficial que el psicólogo.
El psicólogo aborda las dificultades de conducta-autoestima-personalidad de modo más profundo y especializado.

ESTIMULACIÓN SEGÚN LA EDAD








IMPORTANCIA DE LA ESTIMULACIÓN TEMPRANA

“EDUCAR A UN NIÑO ES, ESENCIALMENTE, ENSEÑARLE A PRESCINDIR DE NOSOTROS”

Tomando como punto de partida esta premisa, cabe señalar que todas las actuaciones positivas que llevemos a cabo en materia de estimulación con los niños y niñas en edades tempranas favorecerán su posterior desarrollo a distintos niveles y contribuirán a que alcancen una mayor autonomía personal.

De hecho, involucrar a los niños y niñas en actividades educativas desde muy pequeños puede ayudarles a desarrollar de manera precoz competencias motoras, socioafectivas, lingüísticas y cognitivas. De hecho, el cerebro de un bebé recién nacido tiene un 30-60 por ciento más de neuronas que el de un adulto. Además las sinapsis, las uniones entre las neuronas, son más abundantes y alcanzan su densidad máxima en los primeros 15 meses de vida, motivo por el cual resulta fundamental aprovechar este período para promover su estimulación respetando, en todo momento, los períodos sensitivos del niño/a para no excederse.
Por otro lado, y en relación con dichas actuaciones, resulta imprescindible distinguir dos conceptos que, aunque presentan gran similitud en su denominación, guardan importantes diferencias en su desarrollo, estos son: Atención Temprana y Estimulación Temprana.
Siguiendo el Libro Blanco de Atención Temprana editado por el Real Patronato de Prevención y de Atención a Personas con Minusvalía, debemos entender por Atención Temprana el “conjunto de intervenciones, dirigidas a la población infantil de 0-6 años, a la familia y al entorno, que tienen por objetivo dar respuesta lo más pronto posible a las necesidades transitorias o permanentes que presentan los niños/as con trastornos en su desarrollo o que tienen el riesgo de padecerlos”. De este modo, los objetivos de la Atención Temprana están dirigidos a:

• Reducir efectos de un déficit detectado.
• Optimizar posibilidades de desarrollo.
• Introducir mecanismos necesarios para la compensación y/o eliminación de barreras, así como la adaptación a necesidades específicas.
• Evitar o reducir la aparición de efectos secundarios.
• Atender y cubrir necesidades y demandas de la familia y el entorno.
• Considerar al niño/a como sujeto activo.

Por otro lado, cabe señalar que su atención se estructura en tres niveles de intervención:
• Prevención Primaria: dirigida a atender medidas de carácter universal tales como derechos de asistencia sanitaria, maternidad, situaciones de acogida o adopción, etc.
• Prevención Secundaria: enfocada a la detección precoz de enfermedades, trastornos, situaciones de riesgo, etc...
• Prevención Terciaria: atiende situaciones de crisis biopsicosocial (nacimiento de hijos con discapacidad, TGD, etc.).

Los organismos que desarrollan esta labor directamente con los niños y niñas se denominan Centros de Desarrollo Infantil y Atención Temprana (CDIAT), siendo su objetivo principal el proporcionar la atención que precisan todos los pequeños/as que presentan trastornos o disfunciones en su desarrollo, o que están en una situación de riesgo biológico, psicológico o social (sin exclusión en función del origen, tipo y grado de los mismos). A nivel educativo, la colaboración entre los CDIAT y las

Escuelas Infantiles resulta imprescindible para mejorar las siguientes líneas de actuación:
• Elaboración de programas de intervención.
• Detección de necesidades educativas en niñ@s de 0 a 6 años.
• Procurar la continuidad en líneas de intervención conjuntas.
• Coordinar y compartir información sobre el proceso de aprendizaje y comportamiento del alumnado.
• Prestar apoyo técnico a los programas de escolarización de los ACNEEs.
• Colaborar en la orientación y apoyo a las familias.

En cuanto a la Estimulación Temprana se trata del “conjunto de acciones que favorecen el aprendizaje del niño/a, favoreciendo y no forzando sus primeras experiencias con el entorno y promoviendo su desarrollo integral”.
De hecho, el término Estimulación Temprana no se refiere a una disciplina científica o a una metodología precisa, sino a una doctrina pedagógica que ve en el aprendizaje precoz y en una adecuada estimulación del niño/a la oportunidad de prepararle para convertirse en una persona adulta sana, inteligente y equilibrada.

Los principios sobre los que se basa son:

• Orientación hacia el desarrollo integral.
• Creación de un clima de afecto.
• Énfasis en el descubrimiento, exploración, etc.
• Utilización de experiencias signifi cativas.
• Trabajo en áreas de desarrollo.
• Diversidad de ambientes para la realización de actividades.

En cuanto a las principales áreas del desarrollo a potenciar a través de la Estimulación Temprana podríamos destacar las siguientes:

   • Área Motriz
• Posturales y de motricidad gruesa.
• Motricidad fina.

   • Área Socioafectiva
• Aparato sensorial y perceptivo (tacto, gusto, olfato, oído, vista).
• Creación de vínculos de apego y amistad.

   • Área del Lenguaje
• Comunicación.
• Aprendizaje de la lectura y escritura.
 
  • Área Cognitiva
• Inteligencia (Piaget, Neurociencia, Emocional, Múltiples).

De este modo, y al tratarse de actuaciones positivas dirigidas a todos los niños y niñas en sus primeros años de vida, independientemente de sus necesidades particulares, las cuales deberán ser cubiertas con una atención más especializada a través de los CDIAT, a continuación se exponen algunas actividades sencillas y muy prácticas que nos ayudarán a potenciar la adquisición de determinadas destrezas y a estimular a los pequeños y pequeñas para favorecer su desarrollo integral en los distintos períodos de su vida.
En conclusión, educar de forma precoz significa aprovechar los períodos en los que se dan las mejores condiciones para establecer determinados circuitos neuronales.

ALGUNAS PRUEBAS DE EVALUACIÓN PSICOPEDAGÓGICA

Se presentan las siguientes pruebas:
1. Batería De Prueba De Integración Funcional Cerebral Básica – INFUCEBA
2. Batería Exploratoria Verbal Para Trastornos De Aprendizaje – BEVTA
3. Test De Desarrollo Psicomotor – TEPSI
4. Tests ABC
5. Test De Vocabulario En Imágenes – TEVI
6. Prueba De Funciones Básicas – PFB
7. Prueba De Comprensión Lectora De Complejidad Lingüística Progresiva – CLP
8. Evaluación Cognitiva Escolar
9. Índice De Ajuste Del Niño Al Medio Escolar “Yo Siento, Yo Pienso”
10. Prueba Exploratoria De Escritura Cursiva – PEEC
11. Test Exploratorio De Dislexia Específica – TEDE
12. Metropolitan Readiness Test – MRT
13. Examen Psicomotor De Picq Y Vayer - 1° Y 2° Infancia
14. Test De Token
15. Cuestionario Exploratoria De Problemas De Aprendizaje – CEPA
16. M.E.D.Y.R.
17. Prueba Beery-Buktenica Del Desarrollo De La Integración Visomotriz – VMI
18. Escala Diagnóstica De Lectura De Spache
19. Cubos De Kohs
20. Prueba De Lectura Y Lenguaje Escrito – PLLE
21. Test De Articulación Fonemática – TAF
22. Evaluación Del Comportamiento Matemático – ECM
23. Prueba De Comportamiento Matemático – PCM
24. Instrumento De Evaluación De Lectoescritura Basado En La MII
25. Examen De Lenguaje
26. Prueba De Lectura Y Escritura

LA IMPORTANCIA DE LA OBSERVACIÓN COMO RECURSO PSICOPEDAGÓGICO

La observación sistemática permite registrar todos los acontecimientos relativos a los educandos y a la educación misma. Permite el conocimiento rápido de las necesidades y expectativas de los niños, su motivación, rasgos de personalidad y dificultades explícitas. Según Fernández Ballesteros (1994) la observación es la estrategia fundamental del método científico. Cualquier procedimiento de evaluación psicológica se realiza a través de una u otra forma de observación. La observación sistemática puede realizarse en situaciones naturales y artificiales, así como ser realizada por un observador externo o a través de una observación participante.
























Existen varios tipo de observación

 •      La observación estructurada: parte de una ficha o guía en la que colocamos las variables o ámbitos sobre los cuales queremos obtener información. Esto orienta al docente sobre qué aspectos considerar. A esta observación se le suele llamar también “registro etnográfico”.

 • La observación no estructurada: es aquella que se realiza espontáneamente. La observación natural o espontánea es también un recurso muy útil, por ejemplo, la observación que efectuamos diariamente de los niños/as en el recreo permite comprender las dinámicas de amigos/as; la observación que hacemos de los niños/as con sus padres al momento de dejarlos en la escuela o al recibirlos nos puede decir mucho sobre la afectividad y cercanía que mantienen, etc.

 • La observación participante: en ella quien observa es parte del grupo observado, es una especie de “observar desde adentro”, el objetivo con ella es no alterar la dinámica de lo que se pretende estudiar. En un salón de clases, por ejemplo, será muy distinto si el observador es el profesor (que es parte del aula) que el supervisor, el director o el inspector.

La observación no participante: es aquella en la que el observador es un agente externo a la dinámica observada.

La observación está implícita en todos los procedimientos de evaluación psicopedagógica, por ello es importante que el docente sepa aprovechar este valioso recurso y adaptarlo de acuerdo a los objetivos de la evaluación y las características de cada grupo de estudiantes y de cada niño/a.

LAS DIFICULTADES Y DESAFÍOS DE LA EVALUACIÓN PSICOPEDAGÓGICA

La evaluación psicopedagógica dice relación con el uso del término Problemas o Dificultades del Aprendizaje (“learning disabilities”). El propósito original era agrupar a aquellos niños con problemas que presentaban una etiología y sintomatología variable, pero que en conjunto tenían en común una dificultad específica en el aprendizaje escolar. Es un concepto que proviene de un enfoque educacional de las dificultades que presenta el niño que aprende. Clásicamente, para explicar por qué un niño no aprende, se hace uso de un modelo causal en el cual se señalan las razones por las cuales no aprovecha su experiencia escolar. Es así como, tradicionalmente, la etiología de los problemas incluía cuatro grandes categorías:

 a) Nivel intelectual por debajo del promedio o retardo mental.
 b) Ambientes desfavorecidos que no brindan oportunidades y estímulos al niño.
 c) Deficiencias sensoriales, particularmente la visión y la audición.
 d) Problemas emocionales graves.

Este modelo causal concluye, por lo general, con un diagnóstico clínico que culmina poniendo una etiqueta al problema, como por ejemplo: retardo mental, dislexia, fobia escolar, etc., sin proporcionar mayores explicaciones. La posición actual de la evaluación y el diagnóstico está orientada a usar un modelo más dinámico, que trascienda el modelo causal y que, a su vez, lo complemente. En este sentido, el diagnóstico se hace más funcional y se plantea como propósito central recolectar información y analizarla con el objeto de planear un programa educativo psicopedagógico, destinado a subsanar o compensar las deficiencias que presenta el niño con dificultades en el aprendizaje. En esta línea, diversos autores plantean que es más pertinente decir que un niño no ha aprendido a leer y determinar -a través de un modelo de procesamiento de la información- dónde se ubica el problema, más que señalar que el niño es disléxico. La complejidad misma de las dificultades de aprendizaje lleva a emplear una serie de técnicas y formas de evaluación diagnóstica como modos de aproximación al problema y, por su misma naturaleza se presentan diferentes grados y tipos de especialistas que se ocupan de estudiarlos y definirlos, tales como: psicólogos, terapistas del lenguaje, psicólogos educacionales, neurólogos, educadores especiales y psicopedagogos, entre otros. En los últimos años, ha habido un gran desarrollo de diversos enfoques o modelos, tanto en la evaluación psicopedagógica como psicológica, provenientes de la práctica educativa y de la investigación educacional y psicopedagógica. Permanece, además, la necesidad de una identificación precisa de los alumnos con problemas de aprendizaje, empero, se presentan ciertos obstáculos que se interponen en la búsqueda de mejores prácticas de identificación, tales como:

- Una falta de consenso respecto de la identificación de las dificultades de aprendizaje, que vuelve extremadamente difícil establecer qué criterios deberían utilizarse en la identificación. Las diferentes definiciones implican diferentes criterios, incluso en un intento de poner en práctica la misma definición.

 - El factor de discrepancia -que es un componente fundamental en la identificación de dificultades de aprendizaje- ha sido difícil de llevar operativamente a la práctica.

 - La mayoría de los instrumentos que se utilizan para identificar a los alumnos con problemas de aprendizaje son inadecuados, puesto que carecen de una sólida base empírica. Al respecto, se afirma que muchos test normalizados que se emplean para diagnosticar carecen de la confiabilidad y la validez requeridas.

 - La heterogeneidad de la población con problemas de aprendizaje obstaculiza el desarrollo de un conjunto unificador de criterios de identificación. Un alumno con dificultades de aprendizaje puede ser muy diferente de otro y mientras no se hayan comprendido mejor los subgrupos de dificultades de aprendizaje, la tarea de desarrollar una identificación precisa seguirá revistiendo una enorme complejidad.

 - Muchas escuelas no proporcionan servicios adecuados a los alumnos de bajo rendimiento o con problemas de disciplina o conductuales, ni brindan a los profesores un sistema de apoyo que necesitan. En un esfuerzo por conseguir ayuda tanto para los profesores como para los alumnos con bajo rendimiento o con problemas disciplinarios o conductuales, se remite a estos alumnos a programas para dificultades de aprendizaje. En consecuencia, muchos niños que no tienen auténticas dificultades de aprendizaje y de conducta terminan asignados a intervenciones psicopedagógicas.

Manual de Evaluación Psicopedagógica 2002